Qué necesitas para cumplir tus sueños? Las 2 cosas que no pueden faltar.


Qué necesitas para cumplir tus sueños?
Las 2 cosas que no pueden faltar.


El único pensamiento que importa sobre vos mismo es el tuyo, el resto que piensen lo que quieran, no tienen poder alguno sobre vos o no deberían tenerlo.  Asi termina esta pequeña historia y acá te cuento porqué. 

Encontré un libro que me había regalado mi amada Abu Estela, el libro se llama “Para una chica ganadora” y lo que más me gustaba de este libro es que tenia espacios para escribir.  
 
Me lo regaló para mi cumpleaños número 12 y en aquel entonces este era el listado que escribí bajo la sección que decía "Sueños": 

  • Ser una gran bailarina  
  • Ayudar a los demás 
  • Ser reconocida e importante 
  • Viajar por el mundo  


 Con el diario del lunes, 18 años después,  puedo decir que cumplí varios y otros están en proceso. Hoy podría usar uno de los stickers que trajo la última página del libro, el que dice “Lo logré”. Y recién hoy me emociono. Con la vorágine de la vida y los nuevos sueños que nos llenan los pensamiento (y algunos el alma), uno no se detiene a mirar para atrás o el mismo presente y ver que varios ya los logro! Wow!  
 
Soy bailarina! Abuela, familia, lo logré! Lo escribo con mucho orgullo en cada papel burocrático que toca llenar y hay un renglón donde dice “profesión”. Si, tengo esa profesión de la cual todo el mundo me dijo que no se podía vivir, de la que me decían “Y aparte de eso, estudias?”, esa misma es la profesión que me eligió. No importa si hay temporadas donde termine trabajando de alguna otra cosa, porque eso será algo pasajero, pero lo que de verdad SOY, es bailarina.  
 
En el mismo cuaderno donde encontré mi letra de niña diciendo que quería ser bailarina también encontré la respuesta a la pregunta “Cómo vas?” , tal vez una pregunta un poco prematura para los 12 años, pero la contesté. 
"No voy ni bien ni mal, me probé en lo de Julio bocca y me dijeron que mi nivel era cero pero lo voy a volver a intentar." fueron mis palabras.
En ese entonces había ido a probarme a una escuela de baile de Buenos Aires dirigida por uno de los bailarines mas reconocidos del país, Julio Bocca, y fue su madre la que me dijo que mi nivel era CERO, cuando yo creía que ya estaba para bailarina principal. Claro que se me partió el corazón y se lo creí, pero por alguna razón lo que no tomé fue el consejo de que no lo intentara. Mi corazón y mente de niña, que es mucho menos critica e hiriente que la de un adulto, decidió seguir intentando, sin saber por todos los “no” que pasaría después.  
 
Hasta ese entonces siempre había sido la mejor en la escuela de baile del barrio, una bastante grande, y creo que fue por eso que en mi mente corría el pensamiento de que quizás si podía ser bailarina, mi autoestima no era de lo mejor pero, me bastó para seguir intentando a pesar de haberme llevado una gran decepción. 
La maestra que me tomó la audición le dijo a mi mamá que me sacara urgentemente de la escuela donde estaba que talvez alguna chance de algo tenía. Y eso hicimos.
 
Un año más tarde audicioné para la Escuela Nacional de danza de Buenos Aires, me pasé todo un verano yendo a clases de Ballet, Contemporáneo, dibujo y francés, era todo lo que tenia que rendir para poder entrar, nada de amigas ese verano. A los 13 años audicioné y entré, me eligieron de última, pero entré. Eso me dio un empujoncito y ahí me terminé de enamorar del arte, del baile.

Cuando termine la secundaria, ya con mi autoestima mucho más baja y mi mente más adulta (por ende más crítica, hiriente y racional), me empecé a decir a mi misma que ya estaba, ya era grande para seguir intentando, tenia 17 (claro, re vieja). Pero bueno, me metí ese pensamiento en la cabeza y decidí empezar a estudiar arquitectura en la facultad. A mi familia le resultó raro que no quisiera seguir nada relacionado al baile pero a la vez estaban contentos de que había elegido una carrera más convencional.  Primera vez que tiré la toalla.
 
Medio año más tarde, por suerte a mi todo me paso rápido, fui a ver una obra de contemporáneo al Teatro San Martín, es uno de los teatros más famosos de Buenos Aires y ahí mismo tienen la carrera de interprete y el cuerpo de ballet oficial. Cuestión que ver la obra despertó emociones en mi que había enterrado y de repente una voz en mi cabeza dijo “Qué estás haciendo?”. Bastó solo esa pregunta para tomar la decisión y agarrar la toalla que aún me esperaba en el piso. Iba a dejar la carrera de Arquitectura y ese era el único plan, no tenia otro.  
Llegué a casa y se lo dije a mis papás, ellos me recomendaron que terminara el 1er año de la facultad por si después quería volver, me estaba yendo muy bien. Me pareció lógico y le dije que si, pero al otro día fuí a la facultad y me di de baja. Se me había metido en la cabeza y ya no había vuelta atrás, para qué perder más tiempo?  
 
Mi familia siempre me apoyó, pero debo admitir que tampoco debe ser fácil porque ellos querían lo mejor para todos nosotros , mis hermanos y yo, y si, tenían miedo. Miedo de que nunca lo lograra o miedo a que me cagara de hambre tal vez… eso los llevo a preguntarme constantemente que porqué no estudiaba algo que estuviese relacionado pero de lo cual pudiese trabajar. Ellos me daban una opción, mi tía me daba otra. “Estudia nutrición”, “Estudia kinesiología” , hubo almuerzos y cenas que se volvieron una pelea constante, pero mas allá de eso siempre me apoyaron a su manera, a la manera que podían. Y esas peleas fueron también las que me pusieron en la posición de “no sé como lo voy a hacer, pero lo voy a hacer”, porque me dolía que me discutieran mi pasión y más me dolía no saber si iba a lograrlo.  
 
Estuve un año entero tomando clases con mil profesores, yendo de una academia a la otra. Para qué ? No se, solo para seguir bailando, que con eso solo no hacia nada.  
Al siguiente año decidí audicionar para la Universidad de arte a la carrera de composición coreográfica y al mes siguiente ya estaba yendo a cursar.  
Ahi empezó la época de ir a audiciones y en todas, si EN TODAS, me decían que no. Pensé en audicionar para el Teatro San Martín que les comente antes, mi papás me ayudaban en llevar mi curriculum mientras yo cursaba en la universidad. Al cabo de varias semanas, habían revisado mi curriculum y me habían aceptado para audicionar! Mi emoción era gigante, aunque a cada carta de recomendación que pedía a mis profesores de la facultad recibía una mala cara como respuesta o un “mmm no creo que seas del estilo que buscan”, de nuevo me rompían el corazón pero lo hacia igual, por pura inercia ya.  
Intente 2 años entrar a la carrera del Teatro San Martín, uno llegué a la 1er instancia y el 2do año llegué a la 2da instancia, eran 3. Nunca logré entrar a ese teatro y al día de hoy doy gracias al universo de que así haya sido o no estaría acá. Los errores y los fracasos son necesarios; se te va a cerrar una y mil puertas, para que se abran las correctas.
 
Al mismo tiempo, desde mis 15 , fui parte del Ballet Cultural Argentino, sin darme cuenta en realidad ya estaba siendo bailarina pero como no me pagaban no lo veía como tal.  
 
Las audiciones continuaron y los “no” continuaron, de que sirve tanto estudio y tanta pasión si nunca te van a tomar de ningún lado para bailar ? 
Bueno, no puedo contar la cantidad de audiciones que hice pero si te puedo decir de cuantas me aceptaron, de una. De una sola, pero ese día lloré, lloré en el colectivo mientras leía el email, lloré mucho, mi mama lloró, mi tía lloró.  
Un solo “si” me alcanzó para continuar. Y posiblemente hubiese continuado aunque la respuesta hubiese sido otro no.  
 
La racha de los no cambio un poco, a los 18 recibí una beca para estudiar en Estados Unidos por unos meses y allí fui, la cosa se ponía más emocionante, aunque todavía no lograba estar en ninguna obra. A los 20 me becaron para ir a estudiar a la Universidad de Pittsburg por una temporada, esta audición la hice 2 veces, a la 2da me la dieron pero ahí el "no" salió de mi boca, tuve que elegir entre eso o entre competir bailando salsa, que era lo nuevo que había aparecido en mi vida. Ahí tome una bifurcación en mi camino.  (Otra larga historia que contar que podría llevar otro post entero)
 
Lo que paso a partir de ahí en detalle no importa mucho, gracias a la salsa y al no parar de intentar llegué a bailar todos los días de mi vida y es el día de hoy que pertenezco a una compañía en Estados Unidos llama Iroko Dance Company y recorro el mundo como deseé. Todavía quedan muchos deseos y objetivos por cumplir, pero al de bailarina y recorrer el mundo ya le puedo hacer el Check. 
 
Y todo esto no fue para contarte mi historia solamente, sino para aconsejarte de que solamente te escuches a vos en cuanto a sueños se trata. Escuchate a vos y al universo, o a dios (en quien creas) porque el resto de la gente seguramente te vaya a decir que no quedaste, que no sos especial, que no tenes lo que se necesita, que no sos suficientemente bueno. Suficiente bueno para quién? Si no es por ahí va a ser por otro lado, pero será, siempre y cuando lo desees y trabajes para eso. 
Cuando dejes de desearlo, entonces deja de ser para vos. 

 

QUE NECESITAS PARA LOGRAR LO QUE QUERES? 

  • Seguir empujando, seguí intentando. Frená y analiza y volvé a empujar mejor. Todos los no que recibas, cada pequeño o gran fracaso créeme que es necesario y te van a llevar donde quieras si sos capaz de levantarte y seguir intentando. 

  • Trabaja tu autoestima, para no creerte las etiquetas que el resto pueda poner sobre vos. El único pensamiento que importa sobre vos mismo es el tuyo, el resto que piensen lo que quieran, no tienen poder alguno sobre vos o no deberían tenerlo.  

    Amate, trabaja duro, buscá y encontrá la ruta, tiene que haber una que llegue a tu destino.

    Una cosa más que quiero pedirte con mucho amor es que, si crees que esto le puede servir a alguien o si te gustó, que lo compartas. 
    Nos vemos en el camino,
    Belén. 
     

 

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